En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) incorporó el síndrome del quemado en su Clasificación Internacional de Enfermedades.
El síndrome de estar quemado por el trabajo o síndrome de burnout es un proceso que surge como consecuencia del estrés laboral crónico en el cual se combinan variables de carácter individual, social y organizacional. Se trata, por tanto, de un síndrome con connotaciones afectivas negativas que afecta a los trabajadores a nivel personal, social y laboral y provoca agotamiento, cinismo e ineficacia profesional.
Por qué una persona puede llegar a desarrollar burnout?
Según los expertos, se deben dar varios factores para que se desarrolle este síndrome:
- 1. El burnout es consecuencia de la exposición a factores estresantes derivados del trabajo. La interacción del trabajador con unas determinadas condiciones laborales de riesgo puede provocar el síndrome.
- 2. Este síndrome se da sobre todo en trabajos en los que la persona trabajadora debe relacionarse de manera intensa y duradera con otras personas, como por ejemplo clientes, pacientes, usuarios o alumnos. Es característico de aquellos trabajos destinados a ofrecer "servicios humanos" de ayuda. No obstante, puede darse en otros profesionales como directivos, mandos intermedios, deportistas, entrenadores, etc.
- 3. Afecta a la dimensión personal, laboral y social de la persona trabajadora. de iniciativa.
Síntomas de burnout
- Psicosomáticos: cansancio hasta el agotamiento y malestar general, fatiga crónica, dolores de cabeza, problemas de sueño, úlceras y otros desórdenes gastrointestinales, pérdida de peso, molestias y dolores musculares, hipertensión, crisis de asma, etc.
- Conductuales: conducta despersonalizada en la relación con el cliente; absentismo laboral; desarrollo de conductas de exceso como abuso de barbitúricos, estimulantes y otros tipos de sustancias (café, tabaco, alcohol, etc.); cambios bruscos de humor; incapacidad para vivir de forma relajada; incapacidad de concentración; superficialidad en el contacto con los demás; comportamientos de alto riesgo; y aumento de conductas hiperactivas y agresivas.
- Emocionales: predomina el agotamiento emocional; distanciamiento afectivo de los demás como forma de autoprotección; ansiedad; sentimientos de culpabilidad, impaciencia e irritabilidad; baja tolerancia a la frustración; sentimiento de soledad; sentimiento de alienación; sentimientos de impotencia, desorientación o aburrimiento; vivencias de baja realización personal; y sentimientos depresivos.
- Actitudinales: actitudes de desconfianza, apatía, cinismo e ironía hacia los clientes de la organización, hostilidad, suspicacia y poca verbalización en las interacciones.
- Sociales y de relaciones interpersonales: actitudes negativas hacia la vida en general; descenso en la calidad de vida personal; aumento de los problemas de pareja, familiares y en la red social personal del sujeto (debido a que las interacciones son hostiles, la comunicación es deficiente, no se verbaliza, se tiende al aislamiento, etc.).
Diferencias entre estrés y burnout
Actuaciones por parte de la empresa
Es fundamental que la organización realice periódicamente una evaluación de riesgos psicosociales, ya sea mediante un Servicio de Prevención ajeno o un Servicio de Prevención Propio. A través de ella, se podrán planificar las medidas adecuadas a cada empresa. A nivel genérico, algunas actuaciones que se pueden llevar a cabo son:
- Nivel organizativo
- Establecer programas de acogida que integren un trabajo de ajuste entre los objetivos de la organización y los percibidos por el individuo.
- Establecer mecanismos de feedback o retroinformación del resultado del trabajo.
- Promover el trabajo en equipo.
- Promover la posibilidad de realizar formación continua y desarrollo del trabajo.
- Aumentar el grado de autonomía y control del trabajo, descentralizando la toma de decisiones.
- Disponer del análisis y la definición de los puestos de trabajo, evitando ambigüedades y conflictos de roles. Establecer objetivos claros para los profesionales.
- Establecer líneas claras de autoridad y responsabilidad.
- Definición de competencias y responsabilidades. Es esencial conseguir un diseño óptimo de las funciones y responsabilidades propias de la actividad laboral para reducir el estrés de la misma, por ejemplo, a través de formación dirigida a mejorar los recursos instrumentales en el trabajo, así como a aumentar la competencia psicosocial del profesional.
- Regular las demandas en lo referente a la carga de trabajo, adecuarla debidamente.
- Mejorar las redes de comunicación y promover la participación en la organización.
- Fomentar la colaboración y no la competitividad en la organización.
- Fomentar la flexibilidad horaria.
- Favorecer y establecer planes de promoción transparentes e informar de los mismos.
- Crear, si no se puede eliminar el foco del riesgo, grupos de soporte para proteger de la ansiedad y la angustia.
- Promover la seguridad en el empleo.
- Se puede establecer asistencia por parte de personal especializado. También informar al personal de los servicios que ofertan las instituciones.
- Facilitar a los trabajadores los recursos adecuados para conseguir los objetivos de trabajo.
- Nivel grupal
- Fortalecer los vínculos sociales entre los trabajadores, favorecer el trabajo en grupo y evitar el aislamiento. Formarles en estrategias de colaboración y cooperación grupal.
- Promover y planificar el apoyo social en el trabajo.
- Constituir grupos de apoyo para discutir la relación con el trabajo por parte de los profesionales.
- Dirigir bien y con un estilo adecuado. Formar a los mandos en ello.
- Entrenar a los trabajadores en habilidades sociales.
- Establecer sistemas democráticos y participativos en el trabajo.
- Establecer trabajos de supervisión profesional en grupo a los trabajadores
- Nivel individual
- Realizar una orientación profesional al inicio del trabajo.
- Diversificar las tareas y establecer una rotación en las mismas.
- Poner en práctica programas de formación continua y reciclaje.
- Mejorar los recursos de resistencia y proteger a la persona para afrontar las situaciones estresantes.
- Formar en la identificación, discriminación y resolución de problemas.
- Entrenar en el manejo de la ansiedad y el estrés en situaciones inevitables de relación con el usuario.
- Implementar cambios de ambiente de trabajo, rotaciones internas.
- Entrenamiento en el manejo de la distancia emocional con el usuario, manteniendo un equilibrio entre la sobreimplicación y la indiferencia.
- Establecer programas de supervisión profesional individual.
- Aumentar los recursos o habilidades comunicativas y de negociación.
- Trabajar el feedback, reconociendo adecuadamente las actividades finalizadas.
- Entrenar a cada trabajador a fin de conseguir un ajuste adecuado entre el individuo y su puesto de trabajo.
Última actualización: 15/01/2021