El trabajador sufrió un accidente laboral con una cizalla mecánica que le ocasionó la amputación de cuatro dedos de su mano izquierda (mano catastrófica).
La operación, de extrema dificultad, ha sido realizada por el equipo multidisciplinar de la Mutua Balear, compuesto por el Dr. Parra (Cirugía Plástica y Reparadora) y la Dra. Mora (Cirugía Ortopédica y Traumatología).
El objetivo del tratamiento es alcanzar la funcionalidad completa del paciente en pocos meses.
Un trabajador se encontraba pelando un cable, una tarea cotidiana con herramientas mecánicas que disponen de sistemas de seguridad, pero un inesperado resbalón provocó que se amputara cuatro dedos de la mano izquierda con la cizalla mecánica. Los dedos, sin riego sanguíneo, se mantenían unidos a la mano tan sólo por los tendones, que fueron las únicas estructuras que no resultaron afectadas gracias al guante de seguridad. El mecanismo de lesión (un corte relativamente limpio, en lugar de arrancamiento), el hecho de que los tendones permanecieran intactos, la rapidez en el traslado del paciente a Urgencias y la capacidad de reacción del personal de Mutua Balear fueron claves en el pronóstico de la lesión.
El paciente (sin antecedentes médicos de interés y no fumador) no era consciente de la gravedad del accidente. El impacto de este tipo de lesiones tan graves provoca, en ocasiones, que el accidentado se encuentre en estado de “shock” y no sea capaz de tomar conciencia de su estado. Cuando estas lesiones llegan a un centro donde no existen los recursos materiales y humanos para realizar un reimplante (microscopio quirúrgico y cirujanos con experiencia), aumenta el riesgo de que terminen en amputación. La Mutua Balear cuenta ahora con ambos recursos, se valoró la posibilidad de recuperar alguno o todos los dedos afectados y se ofreció al paciente la oportunidad de recuperar la funcionalidad de algo tan imprescindible como es una mano.
La capacidad de reacción fue vital, ya que se pudo iniciar la cirugía reconstructiva en menos de seis horas desde el accidente. Por este motivo es tan importante contar con una Unidad de Reimplantes local, ya que el tiempo en este tipo de amputaciones siempre corre en contra. Sin este equipo, lo más probable es que el paciente hubiera sido derivado a un centro especializado de la Península.
LAS PROBABILIDADES DE ÉXITO DEPENDEN DEL TIEMPO DE REACCIÓN, LA COMORBILIDAD DEL PACIENTE, EL TIPO DE LESIÓN Y LAS MANOS DEL CIRUJANO.
La intervención inicial es crucial, y la actuación de un equipo multidisciplinar aumenta las posibilidades de éxito. Se requiere:
LA DECISION DE QUÉ DEDOS SALVAR, LA PLANIFICACIÓN DE LA CIRUGÍA Y EL ORDEN EN EL TRATAMIENTO DE LAS LESIONES SON CLAVES EN EL PRONÓSTICO.
El equipo de rehabilitación ha iniciado la terapia con el paciente, que ya moviliza activamente las articulaciones metacarpofalángicas. Tras comprobar la consolidación de las fracturas, se retirarán las agujas que fijan las articulaciones interfalángicas en extensión, e iniciará los ejercicios de flexo-extensión de los dedos.
En este caso, se estima que el paciente pueda hacer pinza dentro de un mes, en dos meses podría agarrar objetos y una vez transcurridos seis meses de rehabilitación podría haberse alcanzado una funcionalidad casi total.
La valoración positiva del paciente accidentado que recupera sus dedos supone la máxima satisfacción profesional del cirujano. Es fundamental el aspecto psicológico, social, estético y emocional: “al menos tengo todos mis dedos y los tendré toda mi vida puestos”.
LOS ACCIDENTES QUE CONLLEVAN AMPUTACION DE UNO O VARIOS DEDOS, ASOCIAN ASPECTOS PSICOLÓGICOS, SOCIALES, ESTÉTICOS Y EMOCIONALES DEVASTADORES.
Aunque no existe una definición académica de “mano catastrófica”, se entiende como tal un traumatismo grave de la mano que implica lesión ósea, tendinosa, nerviosa y/o vascular severas, con o sin amputación completa de uno o más dedos, que suele derivar en importantes limitaciones funcionales, estéticas, psicológicas y ocupacionales.
Afortunadamente, y gracias a la Ley de Prevención de Riesgos Laborales que entró en vigor en 1995, los accidentes laborales con resultado de “mano catastrófica” se han reducido en un 95% en los últimos 25 años. La reconstrucción es posible siempre que exista una unidad sanitaria experta.
El Servicio de Traumatología de Mutua Balear, liderado en su inicio por el Dr. Jaume Canet (pionero en tratamiento de lesiones severas de mano en Baleares) y actualmente por el Dr. Josep Mª Magrinyà, cuenta con una experiencia de 40 años en traumatismos laborales de miembro superior y persigue el objetivo de devolver al máximo la funcionalidad manual al paciente accidentado.
Con la puesta en marcha de la unidad, formada por el Dr. Parra y la Dra. Mora, y la colaboración del equipo de enfermería de quirófano y anestesiología, ahora existe la posibilidad de realizar reimplantes y coberturas con colgajos microquirúrgicos. Un proyecto que persigue el retorno del paciente accidentado a su vida normal en las mejores condiciones posibles, minimizando los daños tanto físicos como psicológicos derivados de los accidentes laborales y sus secuelas.
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